“… el 1900 es una puerta que nos permite comunicarnos con las raíces criollas que nos vuelven más viejos de lo que somos y hacia el futuro devolviéndonos un rostro más joven, pero siempre esperanzador.”
Iniciamos este comentario con el párrafo con el que terminan las “Conclusiones de la investigación realizada por el Profesorado y Centro de Historia “Parada Km 81” sobre los orígenes de Las Varillas” (El Heraldo, 17-08-07). Sin pruritos de academicismo, hay en este cierre transparencia conceptual, además de sobria belleza en su formalización, advirtiéndose la tinta de Javier Gassino. Hasta tal punto nos atrapa, que nos hubiera gustado ser sus autores.
El párrafo sintetiza la construcción hermenéutica que han realizado sobre nuestros orígenes; generosa por excelencia, porque la dejan, como debe ser, abierta a nuevas respuestas, con la seguridad de que éstas no menoscabarán la versión de 1900; todo lo contrario, la fortalecerán. Y será así, lo sabemos: próximamente verán la luz nuevos aportes.
Esta generosidad se magnifica, además, por el respeto que conceden a las otras opiniones: a nadie se acusa de mentiroso por pensar distinto; ni siquiera se les endilga la calificación del error bien intencionado. Antes bien, con pudorosa misericordia, se las absuelve reduciéndolas tan sólo a la debilidad de esas posturas.
De allí, para que no haya confusión ni manipuleos caprichosos de sus aseveraciones, establecen que se debe distinguir entre los que es una fundación y un proceso, siendo éste el quid de esta hermenéutica.
Insisten en la pre existencia de los componentes … de la colonización criolla que no han sido suficientemente valorados , en consonancia con otros escritos que sostienen idéntica tesis, del mismo Centro Histórico, y otros: piénsese en el análisis que se ha realizado con la doble versión de nuestro topónimo: Las Varillas = las varillas de chañar = las vacas amarillas . Otra vez aquí, como materia de la exégesis, se ha escogido la realidad, que es el mejor texto para una profundización hermenéutica (Paul Ricoeur). Porque no toman distancia de la realidad, es por eso que la perciben con mayor hondura, la encuentran en lo que se esconde en el contexto los hechos: por eso la comprenden.
Recomiendan leer al Dr. Lorenzo Ortíz; no pudo ser distinto. Él es poseedor, por un lado, de los recuerdos de la inmediatez; por otro, se remite a los acontecimientos no haciendo una elaboración épica del 1900, variando la historia. Sus escritos son la memoria del pueblo: en lo suyo más que un “yo”, nos permite ver una construcción desde el “nosotros”.
Es por eso que el 1900 no es un invento intencionado o tendencioso: ni anti histórico, ni político, ni de una etnia, ni de un credo, ni de ninguna institución en particular.
Lo cual justifica y explica el porqué se lo estableció como efemérides celebratoria, que lo es en consideración a su equidistancia entre las dos colonizaciones: la criolla y la gringa. Nos sirve traer aquí, si nos es lícito hacer un paralelismo entre lo grande y lo pequeño, lo que San Agustín llamó Tiempo Eje, al referirse al antes y después de Cristo (a.C - d.C). Así el 1900 es el Tiempo Eje de Las Varillas: el tránsito entre dos momentos de nuestra historia, que no son contrarios ni se excluyen, sino que por su elocuencia exhiben la evidencia de su complementariedad.
¿Por qué desconocer a nuestros queridos criollos? Su olvido más que olvido sería una injusta, maliciosa y desagradecida omisión-, porque son ellos lo que cimentaron nuestra patria chica. Sí, aquí estuvieron: ¿por qué borrarlos de nuestra memoria?
Mas, por si para algunos puede resultar irritante la alusión al santo teólogo hiponense, dejamos como opción lo que alegoriza el mito del romanísimo Bifronte Jano. Divinidad y héroe civilizador de dos rostros, uno mirando al poniente, lo que fue, y el otro al naciente, lo que venía: abría y cerraba las puertas del concierto de los tiempos… No es posible escindir ninguna de las dos superficies de esta moneda.
Al dios de los dioses Jano Ianius-, se lo reverenciaba en el mes enero (ianiarius), porque era la puerta (ianua) que abría el año.
Por eso, por fin, aplaudimos el acierto de la pluralista Comisión que festejó el Cincuentenario de Las Varillas, su colonia y pueblo; y aplaudimos también al Centro “Parada Km 81”, porque ha buscado y ha encontrado esta verdad, la cual es que En este sentido, el 1900 es una puerta que nos permite comunicarnos con nuestras raíces criollas… Es decir que volviendo hacia la cara del pasado, avanzamos hacia el encuentro del rostro del futuro.