martes, 30 de octubre de 2007

Juan Pablo Rujinsky está de vuelta


Difícilmente Pablo, que es Rujinsky, traiga una ola purificadora a la política local de la mano de los viejos choripanes de suvenires que tanto ha criticado, y que hoy, sus condescendientes críticos intentan prestigiar, o lo que es peor, se han “olvidado de destacar”. Hecho sobresaliente de su famoso cierre de campaña. Lo único que se renueva con Rujinsky es la permanencia de la voluntad de acercarse a trabajar por su pueblo cuando ese esfuerzo significa remuneración económica a fin de mes.
Hizo apariciones políticas en 1999 al lado de De la Rúa. Al que después no le quedó más remedio que cuestionar, invariablemente luego del fracaso consumado, aunque ya nos tiene acostumbrado al volantazo. Solo con recordar sus opiniones sobre Angeloz, alcanza.
Se fue de la política cuando el radicalismo cordobés comenzó a sufrir. En 1999 el radicalismo era solo terreno fértil de permanencia para políticos valientes, que quisieran realmente su bandera partidaria y así sentirse orgullosos de hacer frente a la adversidad. Infortunio éste que ha enaltecido siempre la vida de los grandes políticos; no solamente han sido grandes los que se han exaltado con triunfos electorales. Algunos afirman que en vez de quedarse a remarla, se tomó el buque.
En el 2003, no aceptó el ofrecimiento de ser candidato a Intendente de su Centenario partido por el temor que le producía Coiset como rival. Así fue que su partido sufrió una de las peores derrotas electorales que registre a nivel local la U.C.R. El Intendente electo especuló con el peso de su ausencia. En este 2007 volvió vestido de una simulación de profundidad intelectual que no se tiene, pero sobre todo con la utilización de argumentos demasiado usados, aunque algunos intenten hacer creer que el hecho de comenzar con el negocio particular tiene algo de meritorio, que lo tiene, pero todos saben que la realidad de su partido lo obligó y principalmente por darse cuenta de que la política remunerada se terminaba. Siempre fiel al teorema: candidato que huye sirve para otra elección.
Rujinsky como Intendente Electo representa el fracaso del peronismo varillense. La sensación generalizada del resultado electoral municipal, no es que la ganó el Frente Social + por Las Varillas sino que la perdieron los justicialistas. Chiocarello y Basso fueron un poder insuficiente, un poder de obstrucción mutua.
La votación en la que se eligió gobernador de la provincia el 2 de setiembre, y su posterior escándalo, han sido los principales inconvenientes que tuvo Omar Basso en su último mes de campaña, y también por su escasa apertura para la “reconciliación electoral justicialista” con el sector chiocarelista. En cambio Rujinsky tuvo toda la capacidad para sumar, en definitiva, para crecer, a partir de los errores que cometieron los actuales inquilinos del poder.
¿Serán los choripanes o ausentarse en las difíciles lo que tenemos que denominar "El cambio" o la "nueva política"? Por esto, y algunas cosas más: Juan Pablo Rujinsky está de vuelta.