sábado, 3 de noviembre de 2007

Un Ángel Gris pasó por Córdoba



“La venganza será terrible” lleva dos décadas en el aire radial. Allí, un grupo de amigos, guiados por el genial Alejandro Dolina, conversan sobre las cosas de la vida con una particularidad especial, que hace a uno sentirse parte del encuentro e irse a dormir con una sonrisa cada medianoche.
El “Negro” no se escucha en ninguna radio de Córdoba, y debe ser por eso, que cada vez que viene de visita, sucede lo mismo: la convocatoria supera las expectativas.
El viernes, más de 4000 personas fueron a verlo en la Sala de las Américas en el Pabellón Argentino, que se encuentra en la Ciudad Universitaria.
Muchos entraron. El resto siguió el programa desde afuera a través de una pantalla gigante.

Acompañado por el Dr. Gabriel Rolón y el Pollo Mactas, Alejandro transmitió su programa desde La Docta.
Los tres pasearon por diversos temas cotidianos, que cualquiera de nosotros alguna vez hablamos, con la diferencia, que este diálogo, adopta un formato radial. El trío le aporta su cuota de humor, ironía, sumado, el inconfundible estilo dolinezco. Alejandro, logra hacer un cuestionamiento filosófico de cualquier situación particular de la vida.

En el Día de los Muertos, los muchachos hablaron de “muertes extrañas” de personajes de la historia universal, de cómo sería ir al velorio de cada uno, de los oportunistas de la fe y demás cuestiones callejeras que se cuelan del guión. Estos agregados, son los que enriquecen la charla y rescatan esa cuota de sabiduría; noble virtud que sobresale en cada encuentro.
Finalmente, la música y el canto envuelven esta mezcla exquisita de dos horas, y refresca el espíritu de los oyentes, que no se cansan de escuchar las ocurrencias de Alejandro.

“Soy este que estoy acá”.

Uno de los artistas más importantes que ha dado la Argentina es, sin lugar a dudas, Alejandro Dolina. El autor de “Crónicas del Ángel Gris”, “Bar del Infierno”, “Lo que me costó el amor de Laura”, entre otros, cuenta con una capacidad intelectual abrumadora. Quizás, un producto de lo que ha leído, un creador innato, pero bien podríamos resumirlo, sin intentar aproximarnos a una definición, de acuerdo a lo que dijo amigo Rolón, como “un alma compleja”.
Son, justamente, esas “alma complejas” las que rescatan las cosas importantes de la vida y no se pierden en las banalidades de este mundo.
"Soy este que estoy acá" resumió, sin hacer alardes de su persona. Eso demuestra aún más, la humildad de su grandeza.

Sobre esta era posmoderna, Dolina asegura que “las personas tienen una cautividad mediática. Es necesario el contacto personal”. Fiel a su palabra, cada vez que finaliza su presentación, se va donde están sus oyentes y no se retira hasta firmar todos los libros, autógrafos y posar para las fotos. Él mismo, antes de subir al escenario, comprobó la extensa cola de gente que aguardaba el espectáculo. “Es un contacto que me hace feliz” expresó, aunque no considera que eso sea la fama. “Este seguimiento no tiene significación, es un grupo grande, pero no masivo. Sino me llevarían a la televisión” dijo Dolina.
Con respecto a ese tema, aseguró estar agradecido a la TV, que lo rechazó durante muchos años. “Si me hubieran aceptado, quizás por agradecerle hubiese hecho un par de mohines de los cuales estaría arrepentido. Por suerte no tuve aceptación. Me salvé de algunas idioteces”.

Dolina es “hombre sensible” que tiene pasión por la vida, dijo alguna vez Sábato. Sin embargo, en declaraciones mediáticas, el conductor expresó no haber encontrado aun el sentido de la vida.
Será, justamente, en ese proceso de búsqueda, que se hace más intensa la experiencia de vivir. Y Alejandro, despierta ese sentimiento en cada palabra, cada detalle…y contagia.