miércoles, 30 de enero de 2008

Argentinos hincha del Barça. Por Javier Tomás Valletto (Argentino residiendo en Barcelona)

Entiendo que somos muchas decenas de miles los argentinos que vivimos en Cataluña; es más, un mínimo de seis varillenses vivimos en Barcelona.
La emigración en sí misma tiene un gran componente de tragedia afectivo-humana; pero este no es el punto de enfoque de estas líneas.
Sin lugar a dudas, si no tenemos en cuenta la tragedia antes mencionada, en nuestro caso se trata de inmigrantes muy afortunados.
Hemos aterrizado, sin tener que cruzar el océano en barco como lo hicieron nuestros abuelos, en un enclave geográfico privilegiado. Se puede llegar a la playa en subte, a las montañas de los Pirineos en un par de horas, al museo Dalí en su ciudad natal en unos sesenta minutos y el mismo tiempo para llegar a Reus, cuna de Gaudí y Barcelona misma, con su inmensa riqueza intercultural en vertiginoso movimiento.
Sirviendo las palabras anteriores de introducción, entramos directamente al objetivo central de esta nota, expresar visiones sobre Cataluña de un inmigrante argentino en la misma.
En este preciso momento en Tele5 se escucha una voz en off de una chica de claro acento argentino; el mismo acento que suena en varios programas, de vez en cuando en algún teatro, en una cancha de fútbol, de básquet, en un bar, en la consulta de algún dentista, con una profesora de tango, salsa y hasta de flamenco,....o en la calle caminando.
Sería muy raro pasear unas horas por Barcelona sin escuchar nuestro propio acento. Muchas veces el "vos" es reemplazado por el "tú", pero el "che", la "ye", pequeños dejes lingüísticos que son parte de la impronta que nos identifican claramente a los "gauchos". Como me dijo Tarik, un Pakistaní que tiene un Todo por dos pesos:"vosotros, los argentinos, no se os ve, se os escucha", aludiendo ingeniosamente a la mimetización cromática y a la distinción fonética.
Y sí: Cataluña es inteligente y por lo tanto receptiva. Aquí estamos, integrados en todo tipo de profesiones y de niveles sociales, con los mismos éxitos y fracasos que cualquier otro habitante.
Algunos con, otros sin papeles. Estos últimos con más dificultades pero buscándose la vida normalmente fuera de sus profesiones, pero siempre compartiendo lugares comunes con los demás habitantes de aquí. Acá se observa una clara distancia entre la fría receptividad por parte de la legislación y la cálida acogida de la sociedad.
Pero, ¿hay xenófobos?. Sí, claro; son poquísimos y en cada sociedad siempre habrá un sector menos favorecido que excusará sus debilidades y temores en los desconocidos.
¿Pero no te sentís extranjero?. Sí claro; tan extranjero como cuando te movés de tu provincia y te identifican por el acento.
Las Varillas, Argentina, Cataluña, tierras de migrantes. Unos movidos por Franco, otros por Videla; estos por el hambre provocado por una guerra civil; otros por una crisis económica sin explicaciones simples, otros por aspiraciones personales. Pero todos los migrantes tienen una patria de características comunes, a dos aguas.
Intentaré manifestar sentimientos particulares, con el afán de que sirva de mensaje concluyente: contrariamente a la canción, "somos de aquí y también somos de allá";.nuestro presente aquí y nuestro rico caldo de cultivo allá.
Qué alegría y orgullo se siente cuando se observa el camino recorrido a través de sociedades abiertas, los recuerdos que quedan del mismo son todos buenos. La familia, los amigos, Las Varillas, Córdoba, Argentina, Cataluña, Borges, Gaudi...., ¡qué patria grande, cuántos afectos, dulces migraciones de sentimientos, conocimientos, melodías!; ¡qué bien luce la vista de esta patria inmensa!. ¡Que viva esa Patria, que viva Las Varillas, "visca Argentina, visca Catalunya!