martes, 12 de enero de 2010

La violencia, ¡no!


Por Luciana Bonino

El día 08 de enero, el Sr. Gabriel Peloso fue agredido por el Secretario de Gobierno Jorge Cravero, en la conferencia de prensa que se desarrolló en la Municipalidad.
Un nuevo ataque a la libertad de expresión.

Lo sucedido el viernes 8 de enero, en horas de la mañana, en la conferencia de prensa que se realizó en el Palacio Municipal, donde el Gabriel Peloso recibió agresiones físicas y verbales por parte de Jorge Cravero, Secretario de Gobierno municipal, mientras desempeñaba su labor periodística, deja en claro una vez más, el estilo de la gestión del Gobierno de Juan Pablo Rujinsky y los funcionarios que lo acompañan.
Este tipo de acciones violentas son condenables en cualquier ámbito que se generen, pero en este caso, la agresión de un funcionario en el ejercicio del poder, contra un comunicador social, expresa una grave falta contra la libertad de expresión, tantas veces reclamada y defendida en nuestro país.
Se dice que cuando se recurre a la violencia, es porque no se tiene otro recurso para defenderse y porque se acaban los argumentos para brindar respuestas. Entonces, ante la clara debilidad de no tener respuesta, se opta por la violencia para terminar el debate. Evidentemente, el Secretario Jorge Cravero, no encontró mejor respuesta que la agresión. En síntesis: quizás se haya mostrado tal cual es.
Este hecho, nos lleva nuevamente a reflexionar sobre algunas cuestiones: ¿Por qué, en vez de responder a las preguntas que hizo Peloso, el Intendente prefirió terminar la conferencia de prensa? ¿No habrá tenido alguna explicación lógica el Secretario Cravero que prefirió terminar la discusión con un portazo? ¿Por qué se sintieron tan nerviosos los funcionarios que no supieron dar una respuesta? ¿Será que no la tienen?

Pelear con ideas
Cuando uno está convencido de lo que hace, mantiene la discusión en el plano de las ideas, respetando el pensamiento de los demás, pero siempre defendiendo su postura con argumentos fundamentados. Pero cuando no se tienen ideas propias y el motor que impulsa las acciones no es una convicción, se pierde el respeto por el otro e incluso se generan este tipo de acciones violentas.
A lo largo de estos dos años de gestión, el Gobierno de Juan Pablo Rujinsky ha demostrado una total intolerancia a las ideas de los que no comparten su modo de pensar.

Ante la posibilidad de avanzar en el desarrollo de una comunidad que permite el disenso, esta gestión optó y opta por atacar al que piensa distinto para silenciarlo, apelando a la censura, restringiendo la libertad de expresión, para evitar cualquier crítica sobre el accionar en la administración pública. Cualquier parecido con un gobierno dictatorial, no es coincidencia.
Este hecho reviste de una gravedad importante que corrompe las relaciones entre el poder, el periodismo y la sociedad. Y pasa aquí, en Las Varillas.
¿Qué podemos esperar de un Gobierno que no puede dar respuestas sobre su función y ante preguntas reacciona violentamente? Si de esa manera se dirige ante un colega, no queremos imaginarnos cómo será con los vecinos de la ciudad que generen reclamos. O mejor dicho, sí nos imaginamos porque sobran ejemplos de maltratos a la gente que manifestó alguna queja ante esta gestión municipal.
Una sociedad no se construye de esta manera, al contrario. Así, se destruyen las instancias de diálogo y la capacidad de pensamiento crítico, que muchas veces molesta a los que no pueden dar batalla desde las ideas, porque solo trabajan en pos de conveniencias personales que responden a las necesidades de la gente. La misma gente que les dio la posibilidad de estar ocupando el poder. Por eso, actúan como actúan.

Algo molesta
La capacidad de generar un discurso genuino y de fundamentar todo lo que se dice a través de ejemplos y pruebas que tiene mi compañero Gabriel Peloso, ha generado un malestar en el Gobierno de Juan Pablo Rujinsky. A su modo y desde su concepción ideológica, analiza la cuestión política de Las Varillas en defensa de los intereses del pueblo, fiel a sus convicciones.
Peloso no solo expone su opinión sino que fundamenta lo que dice y permite el razonamiento de los que lo escuchan. Su juicio crítico nos hace pensar y aclarar ciertas cosas, que muchas veces el común de la gente no puede o no quiere llegar a comprender, porque prefiere seguir en ese estado de conformidad, o porque lamentablemente, se acostumbró a que le sigan mintiendo. Se ha naturalizado tanto la mentira, que cuando aparece un discurso distinto, genera cierta incomodidad.
El pensamiento crítico de Peloso, permite aclarar muchas cosas que el poder quiere mantener oculto. Por eso molesta.
Si Peloso no dijera la verdad, ¿Le molestaría tanto su presencia en una conferencia de prensa? ¿O será que no pueden más ocultar la mentira con la cual se dirigen al pueblo? Evidentemente, la verdad, les molesta.

Por la libertad de expresión
Es a través de esta lucha de ideas y a partir del disenso y del respeto por las ideas ajenas, donde se construye una sociedad mejor. En esas discusiones se logra el análisis y la superación colectiva. Pero también es importante, el compromiso de todos para no seguir avalando este tipo de actitudes violentas que impiden cualquier debate o discusión.
No podemos minimizar un hecho de estas características o hacernos los distraídos frente a esta situación. Se puede compartir ideas o estar totalmente en contra, pero la violencia no se puede justificar, sea quien sea.
Como sociedad, y desde el lugar que ocupemos, silenciar o querer justificar un hecho de estas características, es avalar la agresión. Y sabemos que en nuestra historia nacional, no nos ha ido nada bien.
Por eso, nos solidarizamos con nuestro compañero Gabriel Peloso y nos sumamos a su causa, que es la causa del pueblo.