domingo, 2 de agosto de 2009

Quien Quiera Oír Que Oiga: "5 Años"

Jamás podría olvidar, lo que infantilmente dijo un opaco Secretario de Gobierno, en una reciente entrevista, en la que intentó, sin lograrlo, describir cual es el estilo de Quien Quiera Oír Que Oiga (QQOQO) para informar. Comunica sin pruebas, dijo. Aunque nunca nos haya podido refutar públicamente alguna información. Artesanalmente intentó engañar, pero el tiempo es sabio. La verdad gana.

El pasado es categórico y aplastante para algunos. Eso les sucede a los que intentan beatificar, como el Secretario de Gobierno, a los engañadores periodísticos, esos que cuentan la historia como se las dicta el Secretario de Gobierno y su jefe. A sabiendas, esos periodistas se van poniendo el rótulo de miembros del “G.O.U.” (Grandes Opinadores Ucrónicos). Tan frágiles están siempre de argumentos, que son desenmascarados por el pasado, por el presente y seguramente por el futuro; pero resisten. Siempre desde la farsa.

Tantos años padeció Las Varillas de una tramposa postura periodística, en la que se difundían comentarios falaces y que siempre buscaban perjudicar a los que no pueden, ni pudieron, ni podrán manejar. Ni tampoco lograron nunca consolidar fehacientemente sus “mensajitos”. Simplemente porque persistentemente son cuentos. La coronación inmoral de esa forma de informar en Las Varillas, casi se concreta. Pero llegó QQOQO.

Ese viejo periodismo, durante el reinante derroche decadente del actual Intendente, mantiene esa forma de desinformar y los convierte en protagonistas tristes, y sella, a mi criterio, una ruptura eterna con el vecino varillense. Estilo con el que lograron trascendencia y que sin saber, simultáneamente, los condenó. Hasta provocar, en su declive posicional, la gestación de la realidad QQOQO y es allí cuando empiezan a encontrar piedras en su camino.

El periodismo que nos crítica, casualmente es el mismo que brindó suavidad periodística al período municipal de Vidal y Rujinsky, se olvidaron de esgrimir reproches en esos tiempos. Sin demora mostraron toda su ferocidad interesada en los tiempos de Basso y Coiset. Y hoy intentan emerger críticos, merced al “amarillismo” cooperativo. Pero como les cuesta ser creíbles. “Cooperativa Amarilla” con la que especulativamente se enfrentan. Simultáneamente, el Frente Social por Las Varillas, políticamente los rescata y, al reconocerlos como amigos y periodistas objetivos: los incinera.

QQOQO, induce a deslegitimar la tendencia de los que se encargaron de desinformar durante tantos años a nuestra Ciudad. Solo los motivó y los motiva el afán de poner a sus viejos patrones de nuevo en el poder. En algunos casos lo lograron, pero para eso tuvieron que mostrar toda su decadencia, y hasta, en algunos casos, meterse en cuestiones relativas a la intimidad de las personas. Lo que dejó emerger, a vista de todos: sus negocios.

Lejos de impresionarme por las trampas de las imposturas de esos comunicadores, me interesa mucho más luchar por lo que creo justo. Voy a los bifes. Es decir, a la búsqueda de la verdad, a través de los textos, de la historia. Cinco años de periplos acompañados, siempre, por los colegas que supimos colocar en postura incómoda por la parte de la historia que QQOQO se encargó de contar.

Los nuevos llegados al periodismo varíllense y que siempre nos ilusionan, porque creemos que ya no estaremos solos, prontamente informan sin compromiso con las ideas y con un optimismo, a mi juicio bastante excesivo, porque deducen que en definitiva ser tibios los salva.

5 años

Insolencia informativa la de QQOQO, de no someterse a ese interesado establishment periodístico varillense, y por tener la osadía de mostrar una atmósfera “distinta” de la realidad. Tantos años estuvo Las Varillas escuchando a un periodismo recostado y benefactor de un sector político, que hoy nos hace parecer muy provocadores.

Cuando me sumerjo en rigurosas crisis de sobrevaloración, suelo suponer que QQOQO va a trascender. Y hasta a prevalecer, con el tiempo, a todos. El secreto consiste en apostar por el poderío atemporal del reconocimiento que siempre llega. La mayoría de las veces: tarde.

Se me ocurre, que nadie, nunca más, va a reeditar la novela radial de QQOQO. Con el correr de los años, posiblemente tampoco la voy a repetir yo. Quedará, como única opción la memoria de ese único capítulo radial por semana. Los periódicos en papel de QQOQO, quizás serán para recopilarlos, como lo hace algún lector especial. Posiblemente algún día reunamos todos los ejemplares en una misma unidad. Entonces, algunos pocos lectores no tendrán que recurrir más a las fotocopias de los ejemplares tan ajados.

Tal vez, como me dice una profesora que tuvo la desdicha de tenerme como alumno en el G.M.Z., QQOQO es y será un proyecto para estudiar, aunque a su parecer bastante demencial. Si me permiten, reconozco que el periódico no figura entre los “políticamente correctos”. Son proyectos que precisamente motivan mucho. A todos.

Me cuesta explicar que varillenses hablen de QQOQO. Y que muchos que se resisten a referirse, y que merced a su predominante silencio, sé que también así lograrán que esta idea trascienda.

Debo tolerar, hoy, la obsesión por profundizar más mi proyecto, hacerlo sería, también, comenzar a admitir lo que siempre me susurra un amigo que, aclaro, siempre me sobrevalora, y me dice que lo que nos sucede es solamente una de las tantas persecuciones a la inteligencia.

Recuerdo el desenfado, gratificante y maravilloso, que me permitía el divertimento del primer “pasquín” de QQOQO. Me sucede lo mismo con cada ejemplar. QQOQO, proyecto que compuse, quizá, para oxigenarme. Antes de QQOQO vivía sumergido, alegremente y de manera incansable, en un maravilloso proyecto al que fui invitado a trabajar, por la persona más hermosa que conocí.

Para terminar, se me ocurre lector, amigo, que durante estos 5 años y este tiempo presente, muchos, y hasta los que paulatinamente dejan -con gran esfuerzo- de despreciarnos, se refugian, como yo, para sobrevivir, en el pensamiento de “Quien Quiera Oír Que Oiga”.